Durante el 2017 el número de transacciones inmobiliarias en las islas Baleares ha aumentado un 20% respecto al año anterior, según los últimos informes del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta tendencia positiva se mantiene desde hace años y alcanza un incremento de casi un 50% respecto al 2014.
El grueso de la demanda de propiedades en España se concentra en torno a provincias con una infraestructura turística consolidada, entre ellas Baleares. Mallorca cuenta con el tercer aeropuerto más grande de España y con una sólida red de carreteras que conectan con Palma hasta las localidades más remotas de la isla en menos de una hora. La singular belleza de Mallorca, junto a la variada oferta de experiencias gastronómicas y de Wellness, cautivan a los visitantes hasta tal punto que resulta inevitable para muchos de ellos plantearse realizar una inversión inmobiliaria en Mallorca, ya sea como residencia permanente o como segunda residencia. De hecho, un 36% de los compradores de viviendas en Baleares durante el tercer trimestre de 2017 fueron extranjeros.
El valle de Canyamel se postula en este escenario como uno de los lugares más preciados para invertir en una segunda residencia en Mallorca, por la hermosura del entorno y la incipiente oferta por parte del grupo Cap Vermell de experiencias vitales que van mucho más allá de la venta de productos y servicios turísticos, y que convierten la estancia en las villas de Cap Vermell en un recuerdo inolvidable.
Las previsiones para 2018 apuntan a que la inversión en Mallorca seguirá creciendo por la inercia alcanzada. De los informes que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) en los últimos trimestres, se observa una moderada tendencia al alza, guiada principalmente por los repuntes de precio de la vivienda nueva.